No todo el mundo tiene el mismo tipo de piel y por tanto los cuidados para cada una deben ser completamente diferentes. Lo mismo ocurre con un TRATAMIENTO FACIAL, nunca será igual a otro porque la piel es diferente y debe adaptarse a los principales tipos de piel: piel grasa, seca, normal, mixta y sensible.
Piel grasa y piel seca
La piel grasa requiere el máximo cuidado dado que es muy propensa a las erupciones, espinillas, etc. Hay que lavarla bien antes de acostarse, retirarse bien el maquillaje, utilizar astringente y se recomienda hacer una mascarilla unas dos veces a la semana.
Por su parte, la piel seca cuenta con una textura fina y requiere mucha atención como una buena hidratación, para lo que hay cremas especiales. Se recomienda beber mucha agua y hacerse una mascarilla al menos dos veces a la semana.
Piel normal y piel mixta
La piel normal requiere menos atención pero eso no quiere decir que nos olvidemos de ella porque también requiere su mantenimiento aunque no tan en profundidad como otras pieles. También se recomienda una mascarilla aunque cada dos o tres semanas.
La piel mixta es algo más compleja porque puede ser una mezcla de piel seca y de piel grasa al igual por toda la cara. En las zonas más secas hay que aplicar más crema hidratante y menos en las zonas más grasas. No se puede utilizar cualquier clase de jabón para limpiarse la cara, por lo que los expertos recomiendan utilizar un limpiador facial especializado para esta clase de pieles.
Piel sensible
En este caso, la piel sensible es bastante delicada ante diferentes agentes como el sol, jabones, cremas, suciedad, etc. Esta clase de piel puede llegar a romperse con facilidad y siempre hay que utilizar productos específicos para pieles sensibles, preferiblemente productos suaves y orgánicos para mantenerla siempre en el mejor estado posible.
