La piel sufre con los estragos del verano; tomar el sol demasiado tiempo, el viento sobre el cuerpo descubierto, trasnochar, la sal del mar, el cloro de las piscinas, etc….por eso, siempre es recomendable someterse a un TRATAMIENTO DE DESPIGMENTACIÓN FACIAL, que es estupendo para mantenerla siempre en buen posible.
Con un peeling, mejoraremos el tono de la piel, su textura y luminosidad, ya que la ayudamos a recuperarse de las agresiones a las que, directa o indirectamente, la sometemos.
Podemos hacernos un peeling químico o físico, pero los resultados son prácticamente los mismos: eliminar las células muertas, incrementar la producción de colágeno y elastina, y mejorar la regeneración celular.
A pesar de que la piel realiza una renovación celular de manera programada cada 39 días aproximadamente, lo ideal es ayudar a nuestro organismo a conseguir buenos resultados y tener el rostro completamente lleno de vida.
Debemos tener en cuenta que desde los 25 años, nuestra piel va experimentando diferentes cambios, muchos de ellos derivados del menor volumen de colágeno y la elastina. Es a partir de esta edad cuando se comienzan a necesitar cuidados especiales, como un peeling, para tener limpia la piel del rostro de células muertas que afean su aspecto.
Es importante mantener la salud de nuestra piel, algo a lo que contribuye un peeling periódico. No solo para limpiar, sino también para reducir el tamaño de los poros dilatados, eliminar manchas y algunas imperfecciones que se pudieran tener, así como la atenuación de arrugas.
Cada tipo de piel es diferente, por ello, para mantener la piel de nuestro rostro en óptimas condiciones, hay que seguir las indicaciones que da el profesional y, ya que los efectos del peeling duran bastante tiempo, respetar los tiempos de descanso de la piel entre una sesión y otra.