La piel es nuestra carta de presentación hacia todo el mundo y es algo que debemos cuidar en todo momento. Ya hay infinidad de tratamientos para mantenerla en las mejores condiciones posibles como por ejemplo un antiaging o el despigmentante.
Debemos tener en cuenta que no todas las pieles son iguales y que cada una debe recibir un tratamiento diferente, aunque si hay algún problema no hay que dudar en asistir a un especialista para que nos asesore en que es lo que podemos hacer para tener siempre un buen aspecto.
TIPOS DE PIEL
Hay cuatro clases principales de pieles y cada una debe ser cuidada de una manera diferente, acorde a sus características. Por ejemplo, la piel normal se reconoce porque cuenta con el nivel óptimo de hidratación y una textura compacta y uniforme aunque con el paso del tiempo y con los cambios del organismo puede haber ligeros cambios. La piel normal debe hidratarse con un gel con vitaminas, A, C y E principalmente y para su limpieza se recomiendan los jabones líquidos con base de glicerina.
La piel grasa está originada por el exceso de grasa de las glándulas sebáceas, lo que puede llegar a obstruir los poros. Esta clase de piel envejece con mucha más lentitud que cualquier otra, aunque hay que mantener su higiene a rajatabla así como exfoliaciones y el uso de mascarillas purificantes. Para hidratarla bien se recomiendan productos no grasos y que tengan vitaminas A, C y E con extractos vegetales.
La piel seca cuenta con poros finos y suele tener tendencia a agrietarse, por lo que hay que hidratarla convenientemente, evitando jabones porque resecan más aún. Se deben usar hidratantes de calidad pero de textura leve como una crema y a ser posible con filtro solar incorporado
Finalmente, si se tiene con una piel mixta se aconseja el uso de productos específicos como jabones de limpieza profunda y que tengan astringentes. Para hidratar esta clase de piel debe hacerse con productos para pieles normales.