Es probable que hayas escuchado algo sobre la RADIOFRECUENCIA FACIAL, pero que todavía no sepas lo que significa muy bien. Se trata de un tratamiento facial que se realiza en cabina, totalmente indoloro y que ofrece unos resultados inmediatos en el rostro.
¿Qué es la radiofrecuencia?
Es el uso de ondas electromagnéticas en el cutis mediante unos aplicadores concretos, que penetran hasta alcanzar las capas más profundas tanto de la dermis como de la epidermis. Lo único que se nota es un agradable calor que es el encargado de activar la producción de colágeno de manera natural en la piel. Además, él mismo contribuye a eliminar las toxinas. No es necesaria anestesia local previa a este tratamiento. El resultado es una piel más firme y tersa, consiguiendo que las pequeñas arrugas queden totalmente disimuladas. También aporta más luminosidad al rostro quitando el aspecto de piel cansada.
¿Qué zonas pueden ser tratadas?
Es posible comenzar tratando la frente para después continuar por las cejas, las bolsas de los ojos y las patas de gallo, la mandíbula, los pómulos y las zonas laterales del cuello.
¿Cuántas sesiones son necesarias?
Cada sesión dura unos treinta minutos aproximadamente, aunque va a depender de cada paciente y de su resistencia al calor. La media necesaria es de unas seis sesiones y se aconseja una a la semana. Después y dependiendo de cada uno de los casos, entre cuatro y seis sesiones cada año como mantenimiento.
¿Se puede hacer todo el mundo la radiofrecuencia facial?
En principio sí. Este tratamiento no tiene contraindicaciones, estando indicado tanto para mujeres jóvenes como para las más maduras. Lo único necesario es que deseen tratar su rostro sin pasar por el quirófano y sin inyecciones. Comenzando temprano a usar este tratamiento se previene la flacidez facial.
